Hoy, 75 años después, es nuestro deber y responsabilidad restaurar la memoria de todos aquellos que dieron su vida por nuestra libertad, a todos aquellos que sufrieron el encarcelamiento con amenazas, haciéndoles sentir que su vida pendía de un hilo situado en una lista de papel, a todos aquellos que con su esfuerzo intentaron que no se perdieran todos aquellos logros conseguidos en la república, a todos aquellos fusilados, enterrados en cunetas, en las que la familias, después de 75 años no consiguen darles un descanso en paz.
A todos ellos gracias.
Hoy hace 75 años comenzó la Guerra Civil. No la comenzaron aquellos que querían una vida mejor, aquellos que lucharon durante décadas para ver cómo mejoraban sus condiciones de vida. La comenzaron aquellos que, en su afán de mantenerse bien posicionados en la sociedad mientras miles de hombres, mujeres, niños y ancianos pasaban hambre.
La única forma que tuvieron de imponer la conservación de su bienestar frente al de la mayoría fue el golpe del 36, de aquel fatídico día 17 de julio de 1936. El objetivo de dicho golpe no era más que destruir a las organizaciones políticas de izquierda, principalmente las obreras (PSOE, UGT, JSU, PCE, CNT), a base del terror y de la barbarie. Nunca España había retrocedido tanto en tan poco tiempo. Tras la guerra todas las libertades de la mujer fueron abolidas, los derechos sindicales y políticos arrancados y con ello se retrocedió un siglo. Ese retroceso sirvió a los empresarios de la época para mantener los negocios que en muchos casos sus familias hoy ostentan. En otros casos el robo de propiedades y la mano de obra esclava proveniente del bando republicano se hizo corriente.
La postguerra terminó con millones de personas ejecutadas y otros tantos desplazados. En el interior, los nietos e hijos de los anteriores combatientes intentaban reconstruir las organizaciones perdidas en el período de la Guerra Civil. Muchas de ellas pasaron por comisaría, torturados y ejecutados sin que ningún juicio posterior lo condenase. La ley de Amnistía y la Ley de Memoria Histórica se han visto totalmente insuficiente ante un aparato que nunca fue depurado. ¡Ahí tenemos a jueces que ejercieron durante el franquismo y hoy son demócratas! ¡La existencia de la Audiencia Nacional, sustitutivo del Tribunal de Orden Público!
Por estas razones no se han juzgado los casos de represión franquista. Hoy 18 de julio de 2011, queremos recordar a nuestro querido Virgilio Leret Ruiz fusilado en Melilla. También queremos recordar, otra vez más, a nuestros familiares encarcelados y enjuiciados (Gabriel Leret Ruiz, Carlos Leret Úbeda, Carlos Leret Ruiz y Guillermo Leret Ruiz). Pero con ello no nos olvidamos de aquellos anónimos que lucharon en la Guerra Civil y durante el franquismo contra la dominación de unos parásitos sobre la mayoría.
Entendemos que, por la inacción del sistema jurídico del Estado español ante la posibilidad de abrir una investigación sobre la represión franquista tomando como ejemplo el caso Garzón, debe ser cualquier otro Estado el que se tenga que encargar de abrir una investigación seria sobre este asunto. ¿O acaso no se han preocupado más ciertos tribunales como el TSJM de discutir sobre el 15M que levantar actas sobre los represaliados?
Como venimos denunciando desde hace tiempo no sólo han sido los propiamente interesados los que han vertido mentiras en torno a la Memoria Histórica. Sino también periodistas, historiadores, tertulianos, etc... se han hecho con un sin número de mentiras. Todas las llamadas hacia la reconciliación nacional entre españoles, la idea de que se tenía que ceder frente a la Memoria Histórica... ¿Cómo podemos hablar de reconciliación cuando no se habla de la verdad?
En el caso concreto de los periodistas, podemos citar a la periodista, en teoría, Inmaculada de la Fuente que tacha de franquista al Coronel republicano Carlos Leret Úbeda en un artículo del periódico El País a día 12 de diciembre de 2004.
Precisamos que el libro “Una mujer en la guerra de España” de Carlota O’Neill tiene de histórico lo que tiene de pera una uva. Carlos Leret Úbeda no fue ni un franquista ni un autoritario ni demás historias disparatadas. Estas informaciones, publicaciones engañosas, venta de novelas baratas… La apertura a dichas historias son fruto del engaño premeditado de ciertos sectores y el oscurantismo frente a la realidad ocurrida en la República. Necesitamos continuar con la labor de información y formación rigurosas de la historia de España.
De esta forma no extraña el hecho de que su hija critique un proceso similar al republicano como es la Revolución Venezolana; mientras que “defiende” la República. Eso sí, ahora apostando por la reconciliación entre españoles... Este es el tipo de confusiones que queremos evitar en un futuro.
Curioso es que la misma hija de Carlota O’Neill, del mismo nombre, vaya a la Universidad Nacional Española a Distancia a dar conferencias sobre la mujer en la postguerra. ¿Cómo puede una mujer que estuvo en Venezuela durante la Postguerra dar conferencias sobre la situación de la mujer en España? ¿Acaso vivió las penurias que tuvieron que sufrir muchos que no pudieron escapar?
Gracioso también nos resulta cuando el gobierno del PP en Melilla da el nombre de Carlota O’Neill a una de las calles de Melilla. ¿Y el nombre de Virgilio, el que se jugó la vida?
Entendemos también que, aunque en su momento fue importante, la reivindicación de una terminal del aeropuerto de Melilla con el nombre de Virgilio Leret carece de sentido. Nos oponemos no por cuestión sentimental, que nos gustaría, sino como una oposición a las privatizaciones en el sector aéreo que consideramos opuestas al interés general de la población. Queremos con ello concienciar del empeoramiento de las condiciones de los trabajadores de los aeropuertos (mantenimiento, bomberos...) ante dichas privatizaciones. Queremos que el prestigio de Virgilio no se utilice en aeropuertos gestionados por manos privadas.
Fdo: Ascensión de Teresa Leret Verdú
Manuel Adrián Rodríguez Leret
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