domingo, 19 de enero de 2014

Tres historias solariegas de las montañas de Alcoy de Jordi Valor I Serra


Cuando leía amenamente las “tres historias solariegas de las montañas de Alcoy”, me encontré
con la sorpresa, en el capitulo V de la narración “El idilio de un Gallego”, cómo Jordi Valor
I Serra mencionaba con cercanía y conocimiento el talante de Don Carlos Leret Úbeda,
coronel de Vizcaya en el año 30, y que un año después sería, en la República, el primer jefe del
Regimiento de Infantería nº1.

Confieso que no soy proclive a leer la introducción de los libros, pero la descripción de Jordi
Valor I Serra sobre las maniobras que el regimiento de Vizcaya y Otumba hizo en aquel otoño
en la Sierra de Mariola y del carácter de aquel coronel, jefe superior de aquellos ejércitos, me
llevó precipitadamente a intentar entender el por qué de su conocimiento tan próximo y real
sobre mi abuelo Carlos.

En la introducción tuve la justificación buscada. Narra así el autor:
"La primera de mis narraciones es testimonio de la paz idílica de mi siempre añorada Sierra de
Mariola, por donde anduve en mis años adolescentes y que atravesé en inolvidable marcha
militar que me dio el motivo para este argumento.

En la narrativa de vivencias del autor en el capítulo V, cercanas a mi experiencia familiar,
corroboran el talante y añadiría equidad de Don Carlos Leret Úbeda.
Me hago eco de su escrito exponiéndolo en este párrafo, sin desmerecer la hermosura de su
obra completa “tres historias solariegas de las montañas de Alcoy”.

"Los tres o cuatro días que restaron las maniobras en el “cantón de Boicarante”, como rezaba
la orden del día, transcurrieron con la normalidad y feliz éxito deseados por el mando lateral
y si algo nubló la feliz conciencia profesional del coronel “Vizcaya” y jefe superior de aquellos
ejércitos, Don Carlos Leret Ubeda, militar pundoroso y de tanto prestigio civil como profesional,
fue el percance de que resultó muerto de un balazo el soldado del “Otumba” Moisés López, a
quien se le encasquilló un cartucho en la recamara y, forcejeando, le salió cuando menos lo
esperaba. También del “Vizcaya” hubo dos heridos, si bien leves; uno de bala y otro de caída
por terraplén de trinchera. Y sin más percances que explorar se llegó al día 20 de Octubre de
aquel año 1930, señalado de antemano para el regreso de las tropas a sus cuarteles."

D. Carlos Leret Úbeda, militar pundoroso y de tanto prestigio civil como profesional, como cita
el autor y como su historial profesional y humano refleja, llegó a Alcoy el 30 de julio de 1929
por habérsele conferido el mando del Regimiento Infantería Vizcaya nº51 el día 19 de julio de
1929. Permanece en 1930 al mando del mismo regimiento. El 16 de octubre del mismo año
marchó a Boicarante con objeto de asistir a las Escuelas Prácticas que se efectuaron en dicho
lugar regresando a su destino el día 20 del mismo mes. Prácticas que Jordi Valor I Serra nos
narra en su marcha militar. En 1931 el Gobierno de la República le confiere a Don Carlos Leret
Úbeda el mando del Regimiento de Infantería nº 1 cesando en el mando de Vizcaya nº51 el 28
de mayo que marchó a Madrid a su nuevo destino.

De equidad y talante democrático era opuesto a que el ejército se sublevara en contra de
la decisión del pueblo. La primera prueba a la que tuvo que enfrentarse fue a los llamados
“sucesos de Carabanchel” donde Goded y Villegas expusieron comentarios antirrepublicanos.

Como declaró D.Carlos Leret Úbeda a D.Azaña:

“Hay un gran descontento contra Villegas; su conducta no es clara. Lo de hoy parece premeditado y preparado para realizar un acto de desafección al régimen. Quizás iban promoviendo un suceso grave” .Esto lo comenta a raíz del intento de agresión a D. Mangada por parte de D. Goded en un acto militar

En 1932, D. Azaña confía en D.Carlos Leret Úbeda para contener la sublevación de Sanjurjo. El
10 de agosto el Gobierno envía al mando de D. Carlos Leret Úbeda, jefe del Regimiento nº1,
una agrupación constituida por un batallón del Regt. Infantería nº1 y otro nº6 hacia Sevilla.

Bajo su mando irían D. Francisco Jiménez Orge y Julio Mangada.
A partir de la derrota de las fuerzas progresistas en las elecciones de 1933, a D. Carlos Leret
Úbeda se le desplaza de cualquier mando en la estructura del ejército pasando a puestos
administrativos. Estuvo en el Negociado de Pensiones dentro del Ministerio de Guerra.

Durante la Guerra Civil desempeñó, por su experiencia y carácter, un papel destacado en el
Centro de Reclutamiento e Instrucción y Movilización núm. 1(CRIM).
El posicionamiento de D. Carlos Leret Úbeda, no apoyando el alzamiento militar del general
Franco, provocará su condena en 1939, aunque ya estuviera jubilado desde diciembre de
1938. La denuncia, 8 de abril de 1939, del Coronel franquista Fernando Moreno López de Lara
instando que le fusilaran por rojo fue truncada. El Consejo de Guerra le condenó a 6 años de
prisión y privado de empleo y sueldo.


Ascensión Leret Verdú

Manuel Rodriguez Leret

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