viernes, 20 de mayo de 2011

MANIFIESTO SOBRE LA MEMORIA HISTÓRICA EN ESTAS ELECCIONES

La Guerra Civil significó lucha entre dos grupos irreconciliables. Los que ostentaban el poder que se posicionaron, por simple interés, con el llamado bando nacional y los que buscaban un mundo mejor que se posicionaron con el bando republicano.

Tras la victoria de los primeros las mentiras y calumnias, que se vertieron con el único fin de desacreditar los avances que luego socavaron los nacionales. Mientras que ellos ensalzaron a sus muertos del bando nacional con monumentos y actos, la verdad sobre la necesidad de la burguesía de dicho exterminio para poder mantener sus privilegios, ante una clase obrera que luchaba por la transformación social, quedó silenciada bajo una losa de prejuicios religiosos y nacionales.

Durante y después de la Guerra Civil el pueblo sufrió el mayor período de represión conocido.
Con la Transición, se vio como se dejó de lado todo el proceso de recuperación de la Memoria Histórica para que, de igual forma, se dejase de lado cualquier tipo de conflicto entre unos y otros. Mientras que unos seguían sin ser juzgados, otros seguían siendo juzgados por las calumnias aún después de muertos. El necesario proceso de depuración de los elementos reaccionarios del aparato estatal nunca se llevó a cabo. A consecuencia de ello todavía tenemos jueces franquistas en los altos puestos de la judicatura, los cuales no quieren oír hablar de responsabilidades contra la represión franquista. Fueron estos mismos los que juzgaron a Garzón ante el intento de éste de empezar un proceso judicial. También la existencia de la Audiencia Nacional, sustituta del Tribunal de Orden Público franquista, y una monarquía, impuesta por el franquismo, son consecuencia de un proceso por el que la burguesía franquista se ancló en las “instituciones democráticas”.

Utilizaron dicha posición para continuar con la represión que hizo Franco entre 1936 y 1975. De esta forma el señor Fraga, fundador de AP y miembro honorífico del PP, reprimió a los trabajadores de Vitoria en aquel famoso 3 de marzo de 1976. Con esta represión querían indicar una cosa: no hay ni paz ni cuartel para los trabajadores que busquen cambiar el estado de las cosas. Las direcciones sindicales y políticas, en un error de hondo calado, olvidaron y perdonaron a los franquistas dejando a éstos, una vez más, que explicasen su historia apartando los motivos de las convulsiones sociales y la verdad revolucionaria sobre los años 30. Todo aquello que podría levantar otra vez al pueblo en los años 70 fue desviado para que no se supieran los verdaderos sucesos del año 36: la mala situación de la clase trabajadora que ocupó empresas y las puso a producir, en definitiva, que hizo una revolución al margen de la institución burguesa.

En 2006, con el motivo del 70 aniversario de la Guerra Civil, el movimiento de recuperación de la Memoria Histórica se reavivó. Hasta tal punto que apareció la esquela de Virgilio Leret en El País. Se formalizó la Ley de Memoria Histórica. Esta ley, insuficiente como lo ha demostrado el proceso abierto contra Garzón, no va a ayudar a las expectativas del pueblo. De hecho, a raíz de las investigaciones del Juez Garzón, se ha visto como esta ley más que ayudar, dificulta la acción de la justicia contra el franquismo.

Pero las mentiras no sólo han llegado por parte de los franquistas. Ciertos sectores que en su día se beneficiaron con la publicación de escritos sobre la guerra civil, con falsificación incluida, se han hecho hueco entre los verdaderos actores. Ese es el caso de Carlota O´Neill cuya narración descalifica, injustificadamente, a varios miembros de los Leret. Éstos sectores han desdibujado lo que fue la Guerra Civil anunciando esta como una pelea por “la democracia” en abstracto. La Guerra Civil fue una producto de las contradicciones de clase. Parte de la clase burguesa se fue del país (Gil Robles, aunque apoyó al bando nacional desde Portugal, Lerroux...) o entró en el bando fascista (Juan March) y, los que se quedaron en el bando republicano, intentaron descarrilar el proceso revolucionario(Felipe Sánchez-Román) siendo los principales culpables de la derrota. Parte de la clase obrera, aquellos que no tenían prejuicios ni religiosos ni nacionales, se quedó en el bando republicano creando comités al margen del gobierno republicano. La pena fue que muchos dirigentes con cortas miras miraron hacia otro lado apoyando el descarrilamiento deseado por la burguesía (Dolores Ibarruri, Juan Negrin).

Los Leret, aún no constituidos en asociación, queremos recordar en estas elecciones autonómicas, y en el futuro, a todos los revolucionarios anónimos y conocidos que lucharon en el bando republicano. Especialmente vemos con aprecio el intento de la clase obrera por cambiar la sociedad entre 1931 y 1939.

Además, como miles de familias en el Estado Español, queremos recordar con especial cariño a los nuestros y reivindicar LA VERDAD sobre nuestra familia. Virgilio Leret Ruiz, inventor del primer motor a reacción y fusilado en julio de 1936 por defender, con heroicidad, la base de hidroaviones del Atalayón frente el ataque fascista. Carlos Leret Úbeda, que mandó el ejército que avanzó a Sevilla contra la Sanjurjada, se opuso al Golpe de Estado de 1936 y se hizo cargo del colegio de Huérfanos de Aranjuez con el objeto de defender a los huérfanos de los militares de infantería, sufrió la represión franquista y ha sido juzgado dos veces, una en vida por el franquismo y otra fallecido debido a la ignorancia o al interés de Carlota O’Neill. Guillermo Leret Ruiz, militante socialista, presentó varias quejas sobre los incumplimientos de los fascistas en el Cuartel de la Montaña, ante lo cual se le envía a los calabozos en varias ocasiones. Tras la guerra malvive ante la explotación de la burguesía. Gabriel Leret Ruiz, que luchando en el bando republicano fue preso y juzgado por el régimen franquista.

Para colmo gente, como Carlota O’Neill, que critica desde la derecha el proceso Venezolano ,similar al de la República Española, afirma aún teniendo estos datos falsedades sobre algunos de estos miembros acusándoles de fascistas.

De la misma manera, tenemos ciertos periodistas que han escrito artículos sobre nuestra familia con datos que se alejan de la realidad. Información, que podrían haber contrastado con los medios adecuados. Lo que nos genera dudas sobre la profesionalidad de los mismos.

Para que la Memoria Histórica siga viva queremos constituir, en un futuro, una asociación que reivindique la verdad sin medias tintas. No manipulables a intereses de unos cuantos.

Firmado: Manuel Adrián Rodríguez Leret y Ascensión Leret Verdú

lunes, 9 de mayo de 2011

En apoyo a las víctimas de la Guerra Civil y contra el Franquismo

En apoyo a las víctimas republicanas de la Guerra Civil y contra el Franquismo
Reproduzco en este blog la carta que está dirigida al grupo parlamentario del Partido Socialista Obrero Español y al grupo parlamentario de Izquierda Unida. El fin era, desde mi posición como militante del PSOE, hacer ver al grupo parlamentario mi indignación por la noticia que comento en la misma. La mandé el 25 de junio.

Es cierto, podría escribirles sobre la crisis y lo mal que lo están haciendo los diputados que, aún no apoyándola de palabra, la apoyan con su voto. Sin embargo, me abstengo de escribir sobre ello y mejor presentaré un documento a toda la organización con el anterior motivo. Les dejo con la carta que espero que tenga la mayor repercusión posible.

“Estimados compañeros y compañeras

Me llamo Manuel Adrián Rodríguez Leret y, atendiendo con indignación la noticia publicada por el diario Público sobre el veto realizado por los diputados del PP y del PSOE a un acontecimiento sobre la Memoria Histórica en el Congreso de los Diputados, muestro mi máxima repulsa a dicho acto de desprecio a las víctimas y a sus familiares.

Las víctimas que se escenifican en el vídeo representan a cada uno de nosotros y nuestra memoria personal y colectiva que, en bastantes ocasiones, ha sido desconfigurada por intereses diversos con los que no deberíamos identificarnos en absoluto. Esconder este pasado, nuestro pasado, es hacerle el juego a dichos intereses. Esconder este pasado significa actuar conscientemente en favor de esos intereses creados para mantener el orden en el país. La lucha de dichos muertos significó mucho. ¡Cuando uno ama la libertad y se preocupa por los más desvalidos cualquier acto de heroísmo es poco!

Ese es el quid de la cuestión. Ahora, decidme compañeros ¿es compatible decir que el Congreso de los Diputados es la "casa de todos"; y luego silenciar a los que defendieron con su sangre a la misma clase social que siempre ha malvivido y que constituye la mayoría de la sociedad?. Yo estoy seguro que no. Y más teniendo en cuenta que esa "casa", que con este rechazo, ya no puede ser nuestra, y su reinstauración la consiguió la lucha de la clase trabajadora, y gracias a la memoria colectiva que hoy se intenta silenciar.

No sé como serían algunas de las familias de los diputados que han vetado este acto, pero la mía vivió en la represión. A mi tío abuelo, Virgilio Leret Ruiz, lo fusilaron (encarnado por Almodovar) y a mi bisabuelo, Carlos Leret Úbeda, tuvo un juicio sumarísimo privado de sueldo y empleo durante 2 años. Mi abuelo, Gabriel Leret Ruiz, tuvo que empezar otra vida nueva como profesor de matemáticas (estudió medicina y, sin poder terminar la carrera por el comienzo de la guerra civil, estudió matemáticas) siendo controlado por el régimen. Mis tíos abuelos Guillermo Leret Ruiz y Carlos Leret Ruiz vivieron lo mismo.

Por tanto, no solamente recordemos los cuerpos perdidos de los heroicos combatientes y miembros de partidos y sindicatos, sino también el robo de propiedades por parte del Régimen Franquista y el uso de mano de obra esclava en trabajos de producción.

En consecuencia, el tener una "democracia a medias" que no reconozca a dichos héroes ni reconozca la libertad que imperaba en la II República ni sus conquistas, no se la debo a ningún aperturista. Se la debo a todos los que honraron el recuerdo de los caídos y a los que no perdieron nunca la esperanza de transformar la sociedad, aunque en esto fracasaran...

Tenemos un sistema judicial formado, en su mayoría, por antiguos miembros del antiguo régimen franquista que salen al encuentro de cualquier procedimiento que tenga como objeto esclarecer cualquier hecho delictivo relacionado con el franquismo. Salvados por la Ley de Amnistía y la Ley de Memoria Histórica. Ésta última, tal como ha demostrado la causa del juez Garzón es claramente INSUFICIENTE.

Los que atacaron a la mayoría de la sociedad y los que provocaron la violencia posterior deberían haber estado sentados en el banquillo de los acusados.
Por el honor de muchos compañeros del PSOE, JSU, UGT, POUM, PCE, JSE, etc... que murieron o fusilados o en la cárcel, tiroteados o a palizas... deberían haber estado en el banquillo de los acusados los provocadores e instigadores del golpe de 1936. Antes, debido al mantenimiento de los intereses mencionados anteriormente, no se hizo. No repitamos el error otra vez.

Como miembro de JSE y del PSOE no puedo quedarme quieto. No puedo quedarme quieto mientras veo que mi propio partido, en el cual militaba muchos de los todavía yacen en las cunetas, permite este tipo de discriminación destructiva para la conciencia colectiva. Debemos recordar en el PSOE a todos aquellos compañeros que lucharon por la transformación social y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores: Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero, Clara Campoamor... Muchos de ellos, anónimos o famosos, murieron creyendo en esa libertad republicana. La lucha que continuamos debe recordar a quienes fueron los justos y quienes los injustos: pondrá a cada cual en su sitio.

Por esta razón afirmo con rotundidad que el negar este acto es, como mínimo, denigrar a todos los compañeros citados y a los anónimos que desde el Partido Socialista Obrero Español, lucharon con todas sus fuerzas por un orden justo frente a las injusticias.

Un saludo fraternal Manuel Adrián Rodríguez Leret”

Publicado en el diario La República